miércoles, 15 de junio de 2011

Un Via Crucis para la ciudad

      Hace ya casi un año, en la organización de los Días en las Diócesis de la ciudad de Toledo y algunos pueblos de alrededor, pensamos en un gran evento que reuniera a todos los jóvenes acogidos en nuestra zona, que estuvieran acompañados por jóvenes y adultos de las parroquias de acogida y cuantos toledanos quisiera acompañarnos en un acto. Tampoco queríamos más actividades en común con todos: nos ocasionaban muchos problemas organizativos y logísticos. Pero necesitabamos al menos un solo momento de comunión, todas las parroquias, todos los jóvenes, todos los grupos de movimientos que estarían en la ciudad, obispo, sacerdotes, ...
     Había que empezar a trabajar. Sería un viernes, en agosto, con mucho calor, con jóvenes de casi 30 países diferentes, con una ciudad en fiestas patronales, la gente de vacaciones, ... quizás la mejor solución era rezar juntos, organizar un Vía Crucis, ... ¿por dónde?. El Espíritu sugirió: por la Ronda del Valle. ¡Qué locura! ... o ¡qué bendición!. Al principio, muchas dudas respecto a las posibilidades reales de poder realizarlo.


     Es fácil soñar con la imagen de Cristo crucificando surcando las piedras de la Ronda del Valle, acariciando el Tajo, camino de ese calvario imaginado en la Piedra del Rey Moro, alumbrado por el reflejo de las antorchas, faroles  y cirios que lo rodean, acompañado de cantos y oración pausada. Nos traerá recuerdos de la semana Santa de Toledo, de nuestros pueblos y de nuestras parroquias. Y estará en perfecta consonancia con el silencio y el recogimiento característico de la semana Santa toledana.


     En esos días de agosto, la Iglesia nos pide que mostremos cómo vivimos la fe en nuestras comunidades a los jóvenes que días más tarde participarán en la Jornada Mundial de la Juventud. ¿Qué mejor que la expresión popular, profunda, llena de fe y religiosidad, que es la manifestación en las calles de los misterios de la Pasión y Resurrección de Jesús?

     Hubo que lograr vencer algunas dificultades: reticencias en nosotros mismos, en las autoridades, problemas de tráfico, varios itinerarios barajados, ... pero poco a poco la idea iba tomando cuerpo. Íbamos concretando aspectos. A finales del mes de mayo pasado teníamos el proyecto bastante definido, un itinerario, unas directrices litúrgicas, unas normas de orden y tráfico, muchas ideas, ... Aún hoy, quedan algunas dudas que vencer, pero hoy caminamos con la certeza de que al final todo se solucionará.

     Hasta hace unos días, en mi ignorancia, creí que un Vía Crucis por el itinerario previsto y con una previsión de asistentes por encima de las 3.000 personas no tenía precedente en la ciudad. Error: si lo había. He buscado en las hemerotecas y he descubierto que en la Semana Santa de hace casi 40 años, un obispo recién llegado a la diócesis y pocos días después de haber sido creado cardenal, D. Marcelo González Martín, presidió un primer Via Crucis muy similiar. ¿Qué casualidad? No. ¡Cómo sugiere el Señor lo que debemos hacer!. Estoy convencido que Él quiere que repitamos aquel Via Crucis.

    Él nos convoca. Será el viernes 12 de agosto, a las 21:30 horas, en el Puente Nuevo de Alcántara.


Francisco Villacampa García
Responsable Zona Toledo y Pueblos de Alrededor
"Días en las Diócesis" - Archidiócesis de Toledo


Dosier de prensa sobre el Via Crucis de los años 70, aquí

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